Hola a todos. Hace mucho no escribo en este foro. Últimamente por lo visto la atmósfera esta muy brumosa, con casos de extorsiones, robos, asaltos y demás yerbas, tanto así que apilando algunas paginas del foro podríamos armar una suerte de diario transexual criminalístico. Es lamentable, pero es la realidad de este mundo paralelo que es el mundo donde se mueven las hermosas divas de las tres piernas. Hay que extremar medidas de seguridad para lograr un encuentro satisfactorio con estas bellezas, los que arriesgamos demasiado y ponemos en juego casi todas nuestras vidas, debemos tener innumerables filtros para salir con la nena trans adecuada. Como leí a muchos colegas decir en forma acertada, pensemos con la cabeza de arriba primero. Yo desde hace 20 años salgo con estas niñas. Desde la época de la legendaria discoteca que se armo sobre cerro cora, no me acuerdo como se llamaba, tal vez algún colega veterano en estas lides pueda ayudarme a recordar el nombre. En esa época de soltero de vez en cuando me daba mi escapadita por ese antro, repleto de deliciosas muñecas. Ahí conocí a Claudia, una rubia muy alta, que bailaba como degenerada, en ciertos rincones lucían sus atributos las mejores trans de la época, y yo me volvía loco con todo ese banquete. Eran otros tiempos. También frecuentaba ese lugar la famosa Karina Divain, siempre bien acompañada. En fin tiempos aquellos que no volverán.
Hoy colegas les confieso que hace mas de dos años que no salgo con ninguna, aunque me muero de ganas de hacerlo, las travestis son mi fantasía sexual mas intensa. Hace muchos años atrás puedo decir que hasta romances intensos tuve con algunas de las mas deliciosas, los nombres los guardo en el anonimato respetando la privacidad de todos.
Y bueno esta es otro momento, digamos que es la era milenial transexual, donde las chicas se han llenado de estrategias cada vez mas sofisticadas para sustentar esa vida tan marginal como es la vida de una transexual. Es una pena.
Pero felizmente hay algunas chicas que entienden que los tiempos cambian pero los principios comerciales no. Es simple. Ellas venden su cuerpo como un producto, ese producto debe ser bueno, confiable, te tiene que satisfacer al máximo y debe tener un precio competitivo. Ademas, como cualquier otro negocio, el valor agregado del buen trato y la empatía hacen la diferencia a la hora de elegir el producto a consumir. Las que entienden esta simple ecuación, están allá arriba en el la punta de la ola de la demanda sexual travesti, mirando a las demás en constante debacle moral y personal. Hay tiempo para reflexionar y cambiar de rumbo, ánimo chicas que no es tarde.