Jump to content
VIDEOS Y FOTOS CASERAS EN TELEGRAM ×

professore

Miembro
  • Mensajes

    7
  • Ingresó

  • Última visita

Visitantes recientes al perfil

El bloque de visitantes recientes está desactivado y no se muestra a otros usuarios.

Logros de professore

Principiante

Principiante (2/14)

  • Primer Comentario
  • Otorga Positivos
  • Veterano Hot

Insignias recientes

16

Reputación

  1. Una chica independiente a la que conocí a través de una "manager" o "reclutadora" que anunciaba por Diario Popular, antes de que una supuesta "periodista de investigación" de un famoso diario (el más famoso) se le ocurriera denunciar lo que todo el mundo sabía, que los anuncios de "masajes especiales" eran de escorts. La conocí en el año 2009. Recuerdo muchos detalles porque es imposible olvidarla. Me hizo terminar tres veces en un lapso de 3 horas aproximadamente. Era impresionante su chupada con salivas que se volvían espesas al mezclarse con mis fluidos. A eso le agregaba una mirada de degenerada que me enloquecía.
  2. Hay madre de todo lo creado, por qué existe algo que se llama envidia? No paro de leer, no paro de emocionarme y no paro de pajearme.
  3. Espero ansioso tu relato y te confieso que me encantaría concretar mis más profundos deseos contigo.
  4. Hace como quince años entré a un motel de Lambaré con una amiga. Cuando salía, le vi a un pa'i al que conocí en un retiro espiritual y con el que tenía trato frecuente. El impulso me llevó a saludarle. Hola pa'iiiii
  5. A través de la confianza ganada con alguna escort, podemos llegar a sus amigas. Entonces las interacciones se vuelven plurales y heterogéneas. Así conocí, hace casi un año, a M y A, dos princesas veinteañeras (o algo más) cordilleranas. A veces las degusto separadas; a veces juntas. Pero la última ocasión mejoró todas las experiencias anteriores. Las comparaciones son odiosas, dicen los amantes de lugares comunes, pero es imposible no insistir en que mi último trío fue el mejor de todos. Nos encontramos en las cercanías de las casas de ambas y rumbeamos hacia uno de los santuarios del amor. Se ducharon juntitas y no me dejaron hacerlo con ellas porque M se estaba depilando, entonces esperé pacientemente en el lugar del sacrificio. Luego me tocó a mí regarme el cuerpo. Hacía mucho, mucho calor, así que regulamos el Split hacia su máxima capacidad de enfriamiento para atenuar los tres cuerpos calientes, sobre todo el mío. Comenzamos con los besuqueos, intercambios de lengüeteadas suaves por cada rincón corporal. Me ubicaron boca arriba para que M me explore la lengua, cuello, oreja y pecho; mientras A se concentraba en mi “ecuador” con chupadas entre delicadas, lentas y rápidas. Entonces, ante el riesgo de “derrame precoz”, le pedí a M que se dedique a agasajar a A. En realidad, fue un pedido previo de A, quien me confesó que le encantan los orales que le hace M. Lengua por el clítores, labios, lengua penetrante, lengua acariciante, bien mojada, mientras A comenzaba a gemir cada vez más fuerte y yo le recorría con la boca otras partes como pezones, boca, cuello y, por momentos, M me invitaba el manjar de A. Hasta que M me pidió con una voz seductora que me derrite: “Cogeme”. Me montó, mientras, A se arrodilló a su lado y comenzó a besarle. Ellas saben que me enloquece ver que dos niñas se besen. Su intercambio de labios, lengua y saliva se aceleraba al compás de la cabalgata de M sobre mí. Seguimos por unos minutos y M me repitió otro pedido que me pierde: “Por atrás”. Tiene una cavidad escatológica demasiadamente predispuesta. Comencé el bombeo y le dijo a A: “Sacá el juguete”. No era momento para escaramuzas estériles. Entonces, con cierto temor, pero con mucha más calentura, vi que A se “calzaba” un cinturón con un artefacto algo más grande que el mío. M, que recibía mis embestidas por atrás y gritaba mientras yo le estiraba el cabello, le dijo: “lamele y mojale bien”. A obedeció a “su jefa”. Sentí los inspiradores besos negros de A y sus salivas enfriadas por el helado que compré para ambas. Comenzó a abrirme camino con un dedo mientras yo seguía el bombeo sobre M que ayudaba con sus movimientos cada vez menos cadenciosos y cada vez más acelerados. A me comenzó a penetrar (creo que solo con la puntita, porque nunca sentí algo más grande que dos dedos, pero vaya uno a saber lo que pasó realmente allí atrás). M terminó y me pidió que le penetra a A, quien se retiró el cinturón y me montó. Yo le daba palmadas a sus nalgas y me dijo que eso le gusta más D4. Obedientemente, me arrodillé detrás de A y comencé el perreo y las nalgadas, cada vez más fuertes. Entonces, M me dijo, señalándome sus pechos, “quiero tu leche aquí”. Mientras nos besábamos con A, comencé la empuñadura sobre los pechos de M y complací su pedido con, seguramente, unos buenos de litros de lo que podría haber sido parte de mi descendencia. Así termino esta historia con mis dos princesas cordilleranas con quienes me veo repitiendo, en breve, una nueva sesión de trío bien a “Los Panchos”.
  6. La historia comenzó con una universitaria, hace poco más de un año. La conocí y ganamos confianza mutua. En el primer encuentro, logrado a través de su agencia, me dio su número y tuvimos otras cuatro salidas. Pero la última, de hace un par de semanas, fue memorable. Conocedora de mi debilidad por los tríos, me complació con eso más de una vez, pero para esta ocasión, me envió fotos de una amiga nueva. Aún con las imágenes, no pude sospechar que se trataba de una oriental. La curiosidad y la “calentura” fueron más fuertes. Le pedí que nos encontráramos en su departamento, a lo que accedió. Llegué y me recibió con una tanguita diminuta. Su amiga estaba un poco más cubierta, con un camisolín rojo. Pasamos directo a la acción, la que interrumpí para ducharme ya que ambas princesas merecían mi mejor aroma posible. Comenzamos con los besos, a veces entre tres. ¿Coreana? le pregunté a la nueva amiga y, entre sonrisas, me respondió, “china”. “Dicen que por ahí hacen ricos masajes”, le dije. “Ponete boca abajo”, me respondió. Sentía sus manos entre suaves y poderosas. Por momentos, sentía cuatro manos en la espalda, la nuca, las piernas, la nalga, la cabeza. Socorro mamita. Me pidieron que cambie de posición y comenzaron las chupadas por todo el cuerpo, una de ellas tenía debilidad por mis pezones y la otra, la china, llegó al mástil con chupadas que comenzaron lentas y suaves y se volvieron cada vez más rápidas, alternando con besos negros que para ese momento ya me enloquecían. Les pedí que se besen. Una de ellas era más tímida para eso, pero, evidentemente, la oriental sentía mucha atracción hacia la otra. Mientras me masturbaba, le besaba el pecho a su amiga, lo que asumí como una clase particular sobre cómo estimular los pezones de una mujer. La nueva amiga hizo acostar a la “vieja” amiga y le dio un oral mojado y caliente, hasta que volvió a mí y me montó como la mejor amazona conocida y por conocer. Cada vez más rápido. Me daba pequeñas cachetas, y le pedí que me las diera más fuerte (Comprobé su lado sádico y mi lado masoquista). Mientras, la amiga le daba desde atrás besos en el cuello. Ambas estaban montadas sobre mí. Me piden pasar a la sala y cambié de “benefactora”. Me montó la amiga, mientras la china, sentada al lado mío en el sofá, me pidió que le estire cada vez más fuerte el cabello. Ambas gemían y yo enloquecía, hasta que se vino la explosión. Fue una vez, memorable vez, irrepetible vez, aunque ya estoy pensando en esta prioridad como destino del aguinaldo.
×
×
  • Crear nuevo...