Por fin pude probarla a Claudia. Una noche lluviosa rumbo al interior me sugirió una pausa en Ypané. La llamé y coordinamos. Me dirigió al motel. COmenzamos los besuqueos y manoseos, hasta que me llamó su fiera parada. Me animé a una chupada que, según ella, le gustó. Después seguimos con las pajas mutuas y le pedí que me haga camino con sus deditos. Ella misma me protegió y me dijo que todavía no estaba listo para algo más grande y que primero tenía que ser con cosas más chicas. Totalmente recomendada. Nada de alardes ni complejos con esta chica. Divina.