En este magnífico local ya experimenté el placer con Dulce (¡gran siete que mujer!) y Natasha (ricos besos, rica concha), pero el viernes quise probar algo más, así que llamo y pido por Iris. A pesar de los minutos que debí esperar, disfruté muchísimo. Esa piel color chocolate es maravillosa, hace maravillas con esa boca y esa lengua, me comió los huevos y el * como si se le fuera la vida en ello. Volveré con esta maravilla si o si