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Reflexiones puteriles VII: ¿porque tardan tanto en el baño?


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Si chicos, regresamos con la exitosa serie de reflexiones puteriles dando un pequeño homenaje al sexo femenino, tan querido, amado y respetado.. Por fin el secreto mejor guardado por años por las mujeres queda al descubierto para que el mundo sepa la verdad.Aca paso a reproducir de manera literal las palabras con las que una bella dama me revelo LA VERDAD TRANSCENDENTAL con la que quedan completas las 4 GRANDES VERDADES DE LA HUMANIDAD desveladas en su totalidad.No pierdan la atención a lo largo del texto porque esto es histórico.Ahi va.......

"De niña tu mamá te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del

inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel

cuidadosamente en el perímetro de la taza.

Finalmente te instruía: ‘Nunca, nunca te sientes en un baño

publico’. Y luego te mostraba ‘la posición’ que consiste en balancearte sobre

el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga

contacto con la taza.

‘La Posición’ es una de las primeras lecciones de vida de una niña,

súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto

de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos,’la

posición’ es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga

está a punto de reventar.

Cuando ‘tienes que ir’ a un baño público, te encuentras con una fila de

mujeres que te hace pensar que dentro está Petronio. Así que

pides la vez y esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás

mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos.

Es la posición oficial de ‘me estoy meando’.

Finalmente te toca tu turno, pero siempre llega la típica mamá con ‘la niña

pequeña que no se puede aguantar más’ y aprovechan para saltarse

ambas la fila con toda la cara dura!. Entonces verificas cada cubículo

por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados.

Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que

va saliendo. Entras y te das cuenta que la tranca no funciona

(nunca funciona); no importa…

Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho

(nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de

líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo

cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo,

sin contar que te puede llegar a desnucar la correa, porque el bolso está lleno de

mierdas que fuiste metiendo dentro – la mayoría de las cuales no

usas, pero que las tienes por si acaso – .

Pero volviendo a la puerta… como no tenía tranca, solo tienes

la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de

un tirón te bajas la tanga y tomas ‘la posición’… Alivio……

AAhhhhhh….por fin… Ahí es cuando tus muslos empiezan a

temblar…. por que estás suspendida en el aire, con las piernas

flexionadas, la hondita cortándote la circulación de los muslos,

el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de

5 kgs. colgando de tu cuello…

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza

ni la cubrirte con papel, interiormente crees que no pasaría nada

pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza ‘jamás te sientes en

un water público!’, así que te quedas en ‘la posición’ con el

tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las

distancias una salpicada finíiiiiisima del chorro te salpica en tu

propio culo y que ¡¡¡te moja hasta las medias!!! Tienes suerte si

no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar ‘la posición’

requiere una gran concentración.

Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo,

¡joooooder…! el rollo esta vacío…! (siempre) Entonces suplicas

al cielo que entre los 5 kgs. de trastos que llevas en el bolso

haya un miserable pàñuelo, pero para buscar en tu bolso tienes que

soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio…y en

cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo

que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, si

miramientos o todo el mundo te vera semi sentada en el aire con la

bragas por la rodilla ¡¡NO!! Entonces gritas ¡¡¡O-CU-PA-DOOOO

!!!’, mientras continúas empuja ndo la puerta con tu mano

libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han

oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie

intentará abrirla de nuevo, (en eso las mujeres nos respetamos

mucho) y te dispones a buscar tu pañuelo sin agobios, te gustaría

usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en casos similares

y te apañas con uno por si acaso.

En ese preciso instante se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan

reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor! das la

luz de nuevo con la mano del kleenex por que la otra sigue

sujetando tus bragas, vas contando los segundos que te quedan para

salir de allí, sudando por que llevas el abrigo puesto ya que no

hay perchero, y es que, hay que ver el calor que hace en esos

sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues,

con los gemelos a punto de estallar.

Sin contar el cabreo que llevas por el portazo, el desnuque con la

correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada

del chorro en las piernas y en las medias, que todavía están

mojadas… el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si

te viera así; porque su cola nunca tocó el asiento de un baño

público, porque francamente, ‘tu no sabes qué clase de

enfermedades podrías agarrar ahí’.

Pero la debacle no termina… estás exhausta, cuando te pones de pie ya

no sientes las piernas, te recolocas la ropa rápidamente y tiras

de la cadena ¡sobretodo! Si no funciona preferirías no salir jamás

de ese baño ¡qué vergüenza! entonces sales al lavamanos. Todo esta

lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, lo

cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona la canilla con los

sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de

agua fresca, y consigues jabón, te lavas en una posición de

jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso desde tu

hombro y acabe en la pica del baño bajo el chorro automático, el

secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las

manos en tus pantalones, por que no piensas gastar otro pañuelo

para eso! y sales pasando junto ala línea de mujeres que aún están

esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres

incapaz de sonreír cortésmente, consciente de que has pasado ahí

una eternidad.

Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado

a tu zapato del largo del río Mississippi, o peor aún, con la

falta arremangada pillada por tus medias que te subiste a la

velocidad de la luz y enseñando el trasero!

En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del

baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz

mientras te esperaba. ‘¿Por qué tardas tanto?’ te pregunta

irritado.

‘Había mucha fila’ te limitas a decir…

Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño,

por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la

otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la

puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que tú solo tienes

que concentrarte en mantener ‘la posición’… y la dignidad.

Esto esta dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que

usar un baño público.

Y finalmente os explica a vosotros, hombres, porqué nosotras

tardamos tanto."

:D :D :D :D :D

  • Positivo 2
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